jueves, 3 de diciembre de 2009

Don't try.

Hoy puedo verme claramente,
después de todos estos años,
y tantos días y noches suicidas.

Al estúpido calor de la residencia,
en una estéril silla de ruedas,
el cuerpo y los sentidos encorvados.

Allí estoy sentado, esperando,
casi ciego, los ojos incrustados,
en la oscuridad de mi cráneo,
en un tiempo dormido, esperando,
la llegada misericorde de la muerte.
----------
Un recuerdo cariñoso al maestro Heinrich Karl.

No hay comentarios:

Publicar un comentario