Contra Corriente
viernes, 29 de octubre de 2010
Lo tengo claro, Dios es negro.
Y se llama Louis. Y eructa y se descojona aún siendo perfecto...
Yo, como todo esclavo que se precie, no busco dinero para lograr la felicidad sino para comprar mi libertad. Que quizá sea falta de cojones, quizás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
‹
›
Inicio
Ver versión web
No hay comentarios:
Publicar un comentario