¡Qué bonito es el amor, sin duda!

Pero vamos, que también es muy bonita la historia de la mamá de Bambi que de ahí viene y no del Corte Inglés como todo el mundo cree, lo del día de su puta madre... Y después está Marco, el yin y el yan, otros cuentos chinos y las islas que, según afirma Jose Mari, también son importantes.

¡Cojones, vaya palo en las pensiones!

Menos mal que es por nuestro bien, que si no...
Ahora sí, nos la van a meter poquito a poco, como hace la gente decente.
El problema de esta hostia es que no me parece ni necesaria, ni suficiente; lo primero por motivos ideológicos, lo segundo por razones matemáticas.
La chica sonriente se llama Victoria y las otras dos, según me cuentan, gustan sin acritud de una estricta violencia de género. Que sarna con gusto no pica.

Algunas veces, veo ostras...

Cosas que están ahí o pasan... Y veo que las veo... Mientras estoy y pasan...
Algunas veces, encuentro la perla... Y esto, es mi suerte.
Aller fue la reostra. En una ostia, ¡habían dios! Una de polvo, la otra de luz.

Cada vez, de poco en menos.

He descubierto un bar donde se puede fumar. Ideal sería encontrar un lugar donde se puediera vivir pero parece algo más difícil. Debe ser que también están prohibidos, super, super, prohibidos.
El ser humano no deja de sorprenderme. Por muy obtuso que parezca, habitualmente logra superarse. Por suerte, no sabe hacerlo siempre.

Si yo fuera pezón, estaría cabreado.

Y del ínclito clítoris, que hasta donde yo sé nunca hizo daño a nadie sino todo lo contrario, ni hablamos.

Momentos musicales. Pensando en vos.

Hoy, casi no me quedan otras que vosotras. Gracias por estar ahí, que sepáis que también estoy a vuestros pies.

Miradas.
Ayer vi la muerte en un espejo,
de ojos que miraban a la muerte
en sus ojos,
reflejados por la suerte en otro espejo.
Y quise mantener las dos miradas.
--------------

Felices momentos en 2.011, por qué no. Que los deseos, no cuestan dinero.