Perdón, quise decir gigoló. Es que mi generosidad, como el Séptimo de Caballería, no reconoce límites. Y en otro orden de cosas...
El problema que veo en la prostitución es que la relación la elija el cliente.(Y en este vidrio, la desconocida y virtual orquesta).
Por cierto, gentes de mala sangre, no sé si lo he dicho o no: España no es Portugal, no, no, no, no lo es, no lo es, no lo es, ni tampoco Estalingrado, ni siquiera el asunto tiene nada que ver con la batalla del Ebro...
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