miércoles, 18 de noviembre de 2009

Remordimiento.

He cometido el peor de los pecados.
Que los glaciares del olvido
me arrastren y me pierdan, despiadados.

Mis padres me engendraron para el juego
arriesgado y hermoso de la vida,
para la tierra, el agua, el aire, el fuego.

Cumplida no fue su voluntad.
Mi mente se aplicó a las simétricas porfías
del arte, que entreteje naderías.

Me legaron valor, no fui valiente.
No me abandona, siempre está a mi lado,
la sombra de haber sido un desdichado.
Plif.

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