- ¿Conoce usted el número fi?
- ¿Sí?
- fi.
- No.
- Y ¿el número e?
- ¿Eh?
- e.
- Tampoco.
- ¿Y pi?
- ¿Qué pasa con pi?
- Que si lo conoce usted.
- No tengo el placer, ¿y usted?
- Yo sí.
Las proposiciones matemáticas, en cuanto tienen que ver con la realidad, no son ciertas;
y en cuanto que son ciertas, no tienen nada que ver con la realidad.
- ¿Sí?
- fi.
- No.
- Y ¿el número e?
- ¿Eh?
- e.
- Tampoco.
- ¿Y pi?
- ¿Qué pasa con pi?
- Que si lo conoce usted.
- No tengo el placer, ¿y usted?
- Yo sí.
Las proposiciones matemáticas, en cuanto tienen que ver con la realidad, no son ciertas;
y en cuanto que son ciertas, no tienen nada que ver con la realidad.
Albert Einstein.
Una obviedad lo de Alberto.
ResponderEliminarUn consejo:
ResponderEliminarDa más audiencia las tetas que las matemáticas.
Una reflexión (o quizá dos):
ResponderEliminarNo sólo de tetas viven todos los hombres.
No todos somos hombres, existimos personas portadoras de un par de ejemplares de la letra octava del alfabeto griego.
Nada que ver, en cuanto no son ciertas.
ResponderEliminarMenos mal, algo es algo.
Número interesante el sesenta y nueve...
ResponderEliminar(yo es que soy más de tetas, quiero decir, de letras).