sábado, 25 de julio de 2009

Antes de que otros te den.

Machacándosela, se encontraba un menda, a la vera de un camino.
Con dos piedras berroqueñas, sacudía su cimbel.
Un viandante, que por allí caminaba, le preguntó con asombro:
- Estimado ciudadano, ¿a qué coño os dedicáis?
- El cipote me machaco.
- Y ¿dónde está el beneficio, en dónde encuentras placer?
- Pues cuando no me machaco.
Y es que, el que no es feliz es porque no quiere.

1 comentario:

  1. El otro día leí en un libro (me gusta la sonoridad de esta cada vez más rara palabra, libro)que ciertos guerreros de Paupa (y el sonido de ésta otra pronunciada por carnosos labios de una bonita mujer?) Nueva Guinea, instantes antes de entrar en combate se anudaban (supongo que con selváticas lianas) fuertemente los testículos. El objetivo: sufrir tanto dolor en sus partes como para provocarles encolerizamiento, por un lado, y envalentonamiento, por otro, tanto como para desear machacar al contrincante y además no temer a las heridas de guerra (que incluso podrían llegar a percibirse cual caricia liberadora).
    ¡Con dos cojones bien prietos! sí señor, acudían estos individuos a su jornada laboral.
    Se me ocurren, como a cualquier otro lector (si lo hubiere) que lea esto, múltiples aplicaciones de este "primitivo" tratamiento, en nuestra cotidiana vida. Incluso, llego a pensar que si no tendremos ya el cerebro (y quién sabe si también el alma) atado y bien atado (vale también jartado) para que día a día salgamos encolerizados a enfrentarnos a ese mundo que nos rodea; de ahí (tal vez) la sensación de bienestar que sentimos al liberar (o desatar) nuestra mente con cosas, tan en apariencia vanales, como un orgasmo, unas droguitas o un buen rock and roll... Y luego dicen que hay mucho yonqui...¡Más debería haber!
    Al menos los Papuenses se ajustaban el paquete ellos mismos, a su gusto y a su medida ... Antes de que otros te den ... déjala correr
    AM

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