Acabadas ya las pajas navideñas no queda más remedio que volver a la cruda realidad.

Y por si como a mi, no os han regalado (cuidado que en la selva nada es gratis) nada material, comparto con vosotros este presente que me ha llegado directamente de los dioses del Olimpo, una encantadora sonrisa china.
Y lo siento por los que no lo entiendan pero ya ando escaso de tiempo y de paciencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario