Pues eso, que no. Que no todas las hostias que damos y recibimos son iguales, que no. Que hay hostias y hostias, muchos momentos, muchos matices y mucho que aprender. Y no estoy animando a nadie ni a dar hostias ni a dejar de darlas sino, si acaso, a ser consciente de lo que hace y se hace.
Y en otro orden de cosas...
En España sucede que tenemos un presidente que si te lo encuentras por el pueblo te puede decir, por ejemplo, lo siguiente:
Que él tiene, tiene, tiene y tú no tienes nada. Que él tiene tres ovejas en una cabaña y que una le da leche, la otra le da lana y la otra mantequilla para toda la semana.
Discurso que no contradice, en absoluto y para él, los hechos constatados de que tú seas el pastor de un hermoso rebaño, te pille volviendo del aprisco y que todos en el pueblo sepamos que él solo tiene dos machos ya alopécicos perdidos por las eras.
Así es nuestro presidente, el señor Pedro Sánchez, guapo y listo pero, ni inteligente, ni elegante. (Por cierto, dicen que de pequeño se follaba a la Heidi, entre cabra y cabra).
Y en otro orden de cosas...
En España sucede que tenemos un presidente que si te lo encuentras por el pueblo te puede decir, por ejemplo, lo siguiente:
Que él tiene, tiene, tiene y tú no tienes nada. Que él tiene tres ovejas en una cabaña y que una le da leche, la otra le da lana y la otra mantequilla para toda la semana.
Discurso que no contradice, en absoluto y para él, los hechos constatados de que tú seas el pastor de un hermoso rebaño, te pille volviendo del aprisco y que todos en el pueblo sepamos que él solo tiene dos machos ya alopécicos perdidos por las eras.
Así es nuestro presidente, el señor Pedro Sánchez, guapo y listo pero, ni inteligente, ni elegante. (Por cierto, dicen que de pequeño se follaba a la Heidi, entre cabra y cabra).
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