Pues eso. Que no debemos olvidar que se puede hablar sin gritar, respetando el turno, con amabilidad y sin decir gilipoyeces evidentes y de forma compulsiva. Y no es que yo esté especialmente de acuerdo con lo que dicen. Pero sí y en especial, con el desprecio que comentan y comparten al final sobre la estupidez y la "autoestima".
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