En mi familia somos 5 miembros sin contar los rabos (no 50 millones, sino 5). Trabajamos 2 (no 20 millones, sino 2). Como últimamente me se han reducido los ingresos un 10 por ciento he decidido tomar medidas.
Me he acercado al banco y he ampliado la cuenta de crédito para pulir este año de ella 10.000 (no 100.000 millones de euros, sino 10.000). Para el año que viene tengo previsto hacer lo mismo. En la actualidad ya debo a mi estimada entidad financiera habitual 40.000 (no 400.000 millones de euros sino 40.000), pero no pasa nada porque me he enterado de que mis vecinos deben bastante más.
Tengo intención de reducir gastos el año que viene, en particular en las pagas y demás gilipolleces que me sacan mis hijos. Se lo he dicho pero parece que no les pone mucho el tema. Estudiar o trabajar tampoco les pone mucho. Y es que son jóvenes e inteligentes. (De mi mujer, como dice el chiste, no me puedo quejar).
Pero soy optimista y creo firmemente que la economía va a mejorar. Pero por si acaso he comprado una pistola por si es necesario en un momento dado pegar a alguien un par de tiros. Creo que el orden sería así: al director del banco, a mis hijos, a una persona que me guardo en la recámara y por último, a mi mismo. Total, 11 balas. (sale un número impar porque, para mi, parece un poco egoísta emplear dos disparos).
“El optimista proclama que vivimos en el mejor de los mundos posibles; el pesimista teme que sea cierto”
Me he acercado al banco y he ampliado la cuenta de crédito para pulir este año de ella 10.000 (no 100.000 millones de euros, sino 10.000). Para el año que viene tengo previsto hacer lo mismo. En la actualidad ya debo a mi estimada entidad financiera habitual 40.000 (no 400.000 millones de euros sino 40.000), pero no pasa nada porque me he enterado de que mis vecinos deben bastante más.
Tengo intención de reducir gastos el año que viene, en particular en las pagas y demás gilipolleces que me sacan mis hijos. Se lo he dicho pero parece que no les pone mucho el tema. Estudiar o trabajar tampoco les pone mucho. Y es que son jóvenes e inteligentes. (De mi mujer, como dice el chiste, no me puedo quejar).
Pero soy optimista y creo firmemente que la economía va a mejorar. Pero por si acaso he comprado una pistola por si es necesario en un momento dado pegar a alguien un par de tiros. Creo que el orden sería así: al director del banco, a mis hijos, a una persona que me guardo en la recámara y por último, a mi mismo. Total, 11 balas. (sale un número impar porque, para mi, parece un poco egoísta emplear dos disparos).
“El optimista proclama que vivimos en el mejor de los mundos posibles; el pesimista teme que sea cierto”
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