Rodolfo, mi mujer y su renta.

Coincidí el otro día con Rodolfo en Hacienda. Un tipo curioso, nos conocemos desde hace años.

Yo diría que nunca ha pegado un palo al agua aunque tiene título superior, un master y trabaja en una multinacional de las de nombre raro. Y es que Rodolfo tiene un padre de indudable vocación crematística que siempre ha cuidado con esmero de él.
Otra característica particular suya es que le gusta follarse tías, pero muchas distintas. Las va apuntando en un blog de notas que siempre lleva encima aunque nunca lo muestra. Le habían llamado para revisar su declaración.
- Siempre me llaman, me comenta.
- ¿Y eso?
- Que les cuesta devolverme 7.000 pavos.
- ¡Joder!, y si no es indiscreción ¿cuánto ganas?
- Unos 75.000 limpios al año.
- ¿Blancos?
- Cristalinos.
- Y ya para saberlo todo, ¿Qué tanto por ciento acabas pagando al final?
- Aproximadamente un cinco.
- No me lo creo.
- Pues a ti, tu mujer te ha puesto los cuernos.
- Creo que no.
- ¿Crees que no o no te lo crees?
- Vale, me creo lo de tu renta. Dejémoslo estar.
Tras un café y algunos chascarrillos nos despedimos hasta otra.
¿Será verdad lo de su renta?