Un profesor de medicina con sus alumnos y un cadáver en una mesa, boca abajo (en decúbito prono, creo que se dice).
- Los médicos debemos tener vista y estómago, afirma el docto galeno.
Introduce un dedo en el ano del cadáver y se lleva la mano a la boca. Tras una chupada digital pide a los alumnos que realicen el experimento.
Uno de ellos se acerca al finado y repite la actuación del maestro.
- ¡Buen estómago, rediós!, exclama el profesor, pero ¡mala vista!, porque yo introduje el dedo índice y me chupé el corazón.
“Es esencialmente imposible que sea envidioso un mortal que no se cambiaría ni siquiera por el divino Zeus”.
- Los médicos debemos tener vista y estómago, afirma el docto galeno.
Introduce un dedo en el ano del cadáver y se lleva la mano a la boca. Tras una chupada digital pide a los alumnos que realicen el experimento.
Uno de ellos se acerca al finado y repite la actuación del maestro.
- ¡Buen estómago, rediós!, exclama el profesor, pero ¡mala vista!, porque yo introduje el dedo índice y me chupé el corazón.
“Es esencialmente imposible que sea envidioso un mortal que no se cambiaría ni siquiera por el divino Zeus”.
... Por el divino Zeus tal vez; pero por alguien con la base imponible e IRPF como Rodolfo ...
ResponderEliminarAM
ResponderEliminarPues sí, quizá me cambiaría por Rodolfo que no sé quién es, pero supongo que un golfo. Y quizá me dejaría dar por culo, vendería a mis hijos y le chuparía el coño a Esperanza Aguirre. Y todo por dinero. Y a lo mejor entonces entendería de que cojones va esta fiesta.
ResponderEliminarPero de momento y sin razón alguna, no es así.
Y van pasando los minutos...