sábado, 2 de enero de 2010

Reyes. Desparramo final.

Una vez que ya nos hemos felicitado una y mil veces sin razón aparente y hemos festejado lo que no tiene razón de ser, llega la traca final. Se trata de que todos nos regalemos a todos lo que no necesitamos con la única razón de demostrar quién la tiene más gorda.
Los más adelantados ya llevan haciendo esto desde el veinticuatro porque son más ricos, más modernos y ya no es necesario, como regla general, parecer católico y esperar a los gilipollas de los Reyes Magos que con el mariconazo de Papá Noel es suficiente.
Pues vale.
Felices Siestas y Próspero Merimé.

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