Independientemente de lo anterior, este espécimen de nombre Juan Ramón Rallo puede ser utilizado y hablando de pandemias, por aquellos (y aquellas) que padezcáis, no de almorranas, sino del mal morado. E incluso por los curiosos y curiosas que disfrutéis de la hermosa afición a la economía. Pero eso sí, recordad que nosotros los libertarios, que no liberales, no nos casamos con nadie y no por nuestro propio bien, sino por el del camarada.
Raro, raro, raro.
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