lunes, 20 de abril de 2020

Al calor del abuelo.

Pues todavía no está frío el abuelo, seguimos con los crematorios petados y ya pasamos a lo importante. Y no me refiero al sexo, sino a lo crematístico. Pues vamos a ello porque no hay virtud más harpía que la hipocresía.
Pues yo creo que, al final, la cosa no será para tanto. Porque bien es cierto que la casa de putas cerrada nos está haciendo polvo pero yo soy de la opinión de que, en cuanto se encuentre la llave, la casa y la cosa volverán a funcionar de puta madre.
Dicho más técnico. Este lapsus en el ciclo natural de la oferta y la demanda será superado con bien. Y ello debido a que en el pueblo siempre habrá mujeres de sobra que quieran ser putas y hombres suficientes dispuestos a follárselas. No sé si me explico.

Y por cierto. Sigue muriendo gente porque ahora ya estamos más preocupados por los futuros bollos que por evitar que caiga más gente al hoyo. Lo normal. Aplaudamos, pues.

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