martes, 21 de julio de 2009

Código Rojo.

Tiene Rita Barberá cojones suficientes para entrar en una reunión del Consejo de Ministros, liarse a arrancar diez cabezas de sus miembros y miembras y obtener mayoría absoluta en un plis-plás. ¡Que harta está de degustar gambas!
Y es muy capaz de gobernar con mano de hierro el PP, Valencia, España, La Unión Europea, El planeta Tierra y las tres cuartas partes de la Vía Láctea. Porque defender el muro sabe.
Y está hasta los huevos de tantas mariconadas de ppropios y psoajenos, y le sobran cromosomas x’s para rellenar quinielas, y es una superhembra, y es... La SuperRita.
Pero tiene una envidia, no ser la Cantaora. Y parece dispuesta a cantar.
Y ya nos ha dicho que todos los políticos reciben regalos, y seguro que no está pensando en tiernos dibujos de los sobrinos. Cristalino.
Y cualquier día se le inflaman los testes y se le escapa como las cosas son, ¡joder!, que parecemos tontos, ¡hostias! Que...
¡Por supuesto que ordenó el Código Rojo!
Porque, como bien dice el chiste y nos recordó otro insigne servidor público también valenciano...
¡No se viene a la política a cazar osos!

Nota: Existe alguna pintoresca, curiosa y regia excepción en esto de no acercarse a la noble dedicación de la política a cazar osos, pero merece opinión aparte. Lo que sucede es que no sé si yo tengo los huevos de la alcaldesa.

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