lunes, 24 de agosto de 2009

Entre tocar y pelar.

Me toca la polla que se estén cambiando las cosas de sitio todos los putos días. Que lo moderno sea estar modificando todo, todo el rato, no es más que una soberana gilipollez.
Los planes educativos, los tipos de interés, los impuestos, las leyes, los nombres de las calles, los ministerios, las empresas, las instituciones, las profesiones,...
Y si al cambio constante se le añade la complicación continua ya no hay por donde coger a la bicha. Que supongo que de eso se trata.
Un único contrato de trabajo, un bachiller común para todos, un solo impuesto directo de Renta y Patrimonio y así, sucesivamente.
Y sencillito por favor sencillito que si no, los que somos torpes no lo entenderemos.
Por aquello de no ser rígido sino flexible acepto el cambio de calzoncillos, de pareja y de cicatrizante.
Pero vamos, que no pasa nada, que ya sé que no queréis cambiar nada o mejor dicho, que os la pela que todo cambie. ¡Inmovilistas!

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