sábado, 22 de agosto de 2009

Más sobre mi padre.

Decía mi padre ante una vaca preñada que una de dos, o moría la vaca o nacía el ternero. En realidad la cuestión siempre era algo más compleja porque también podían morir los dos, morir el ternero y quedarse jodida la vaca, etc. Ahora entiendo que lo que quería decir era que la vida puta era y era así. Y que había que tomarla como era. Mi padre era así y le interesaba la puta vida.
En el mundo que ahora vivo ya no hay vacas ni terneros. En la primavera se cambia la hora y vienen las alergias. En el verano e invierno, aunque por razones inversas, se incrementa el consumo de electricidad. Se diferencian porque es en verano cuando nos dan la barrila con el tema del ahorro de agua. En el invierno llega la Navidad y también se incrementa el consumo, pero esta vez de gilipolleces. También en invierno, creo recordar, se cambia la hora y de año pero cada vez va dando más la sensación de que siempre nos meten el mismo.
Y después está la crisis, las vacaciones, la gripe y la madre que los parió.
Pero la madre ya nunca pare terneros.

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