De siempre tuve vocación de barrendero o basurero.
Como fumo como un perro y todo tiene un límite, de vez en cuando me surge una colilla entre los dedos que, últimamente y no sé por qué, me da por tirar en la puta calle. Al cabo de unos ratos un elemento o elementa, normalmente de piel oscura, recoge mis residuos, los hace suyos y vuelve la situación a su forma primera. Los papelitos a los suelos no los tiro, que se da mal ejemplo a los niños.
A los niños no conviene dar mal ejemplo porque, como son gilipollas, todo lo imitan. Y no se debe consentir que pretendan ser ni basureros, ni barrenderos porque, como todo el mundo sabe y la ciencia bien explica, siendo notario se trabaja igual con mierda y se gana más dinero. Con las niñas ahora la cosa es más fácil porque, desde que somos iguales, se aplican las normas de los niños y a tomar por el culo.
El caso es que sigo viendo todo hecho un asco pero ni barro, ni recojo la basura.
Te va la escoria, pensará algún hijo de puta.
Pues sí, ¿que pasa?, me va la escoria, ¿no ves que todavía sigo aquí?
No hay sino un problema filosófico realmente serio: el suicidio.
Como fumo como un perro y todo tiene un límite, de vez en cuando me surge una colilla entre los dedos que, últimamente y no sé por qué, me da por tirar en la puta calle. Al cabo de unos ratos un elemento o elementa, normalmente de piel oscura, recoge mis residuos, los hace suyos y vuelve la situación a su forma primera. Los papelitos a los suelos no los tiro, que se da mal ejemplo a los niños.
A los niños no conviene dar mal ejemplo porque, como son gilipollas, todo lo imitan. Y no se debe consentir que pretendan ser ni basureros, ni barrenderos porque, como todo el mundo sabe y la ciencia bien explica, siendo notario se trabaja igual con mierda y se gana más dinero. Con las niñas ahora la cosa es más fácil porque, desde que somos iguales, se aplican las normas de los niños y a tomar por el culo.
El caso es que sigo viendo todo hecho un asco pero ni barro, ni recojo la basura.
Te va la escoria, pensará algún hijo de puta.
Pues sí, ¿que pasa?, me va la escoria, ¿no ves que todavía sigo aquí?
No hay sino un problema filosófico realmente serio: el suicidio.
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