domingo, 9 de agosto de 2009

Mi corralito.

Van ya algunos meses en que mi mujer (la que vive en mi cerca), se lleva bien conmigo. Yo hago como que no me doy cuenta no vaya a ser que cambie de opinión y la jodamos. Desde nuestro descasamiento sé que la pongo los cuernos pero no se lo confieso porque, como es con ella, me va a resultar difícil largarme con la otra.
En cuestiones rumberas lo llevamos. Tras muchos años sin criterio sexual definido hemos encontrado por fin el equilibrio; follamos cuando ella quiere o tal vez debería decir cuando le sale del coño y así la cosa funciona. Y es que como todo el mundo sabe el que no se lleva bien con una mujer es porque no quiere, ella.
A Marina la parió una madre, también de nombre Marina. Tiene y tenía una hermana de nombre masculino y algunos hermanos que recordar no quiero. A las tres las tiré los tejos pero tuve que optar y pelillos a la mar. Luego conocí a mis cuñadas pero ya no me quedaban tejos que tirar.
Con el tiempo produjimos tres retoños que a día de hoy se mantienen en la cerca. Respetamos el pacto y lo llevamos bien. Yo no les doy por el culo y ellos no me tocan los huevos. Y espero que, cuando llegue la ocasión, alguno me pase cervezas a la residencia.
Y de momento, un saco de cemento.

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